Máscaras

Hay quienes buscan pruebas en el pasado y en el presente para tratar de encontrar respuestas y darle sentido a lo que no lo tiene.

Se trata de encontrar un vehículo para probar la mala fe, la mentira y la hipocresía, cuando los micromachismos y el gasligthing permanente, han afectado profundamente la confianza en sí mismo.

De cierta manera, indagar sobre lo sucedido permite realizar una evaluación personal, y a la vez confrontar al otro sobre sus decisiones, errores e incoherencias, siempre esperando alguna reacción.

Nada más lejos de la realidad, porque la mayor parte del tiempo, la reacción siquiera es pálida, plana o decepcionante, simplemente es inexistente.

Debe haber mucha perversidad en el corazón de quien no siente, de quien no asume sus equivocaciones. De quién no es compasivo, ni mucho menos empático con la persona con la que en teoría se pretende construir un proyecto de vida común. Se es ruin y manipulador cuando se pretenden obviar y/o negar las acciones y decisiones propias, ante quien se ve afectado por ellas.

Al mirar atrás, es posible identificar que un error, bastante común, es atribuirle características positivas a una persona, incluso llegar a defenderla a sabiendas de que en privado, la realidad es otra.

En ocasiones incluso se le otorga un aura de honestidad y de respetabilidad que la persona no tiene.

Cuando se toma la decisión de unirse a alguien mas, el peor error no es necesariamente seguirle o incluso cambiar de vida; sino fundar una relación con alguien que no ha hecho méritos para ser digna de confianza. En ocasiones, es fácil dejarse deslumbrar por el discurso y las promesas que no son garantía de nada.

Vivimos en sociedades en las cuales la palabra esta completamente desprovista de valor. Creamos relaciones de dependencia con la familia, con los amigos y con la pareja, y en ese sentido es díficil tomar distancia para evaluar si la manera en que se propone y se lleva dicha relación nos conviene.

Cuando las relaciones llegan a su fin, sobretodo de manera unilateral, hay quienes utilizan su cinismo para decirse acosados, sin haber puesto nunca la cara a los problemas, aun cuando las preguntas no han sido resueltas y las explicaciones carecen de fondo.

Desafortunadamente, en ciertos entornos las personas no siempre están en capacidad de observar comportamientos nocivos en dónde la carencia de afecto, incluso hacia los más cercanos, es flagrante. Cuando la relación más importante de la vida de una persona, en términos afectivos, está determinada por el consumo y por la manipulación basada en la culpa, ninguna otra relación puede ser sana. Afectivamente esa persona carece de herramientas para desarrollar una relación distinta a una transacción comercial y objetivada.

Definitivamente no se puede dar lo que no se tiene y es díficil integrar esa información cuando una relación llega a su fin. Los traumas de la infancia tienen grandes repercusiones en la vida de las personas adultas, pero a veces la carga resulta ser tan pesada que no hay ninguna reflexión al respecto. En cambio, lo que si se vuelve sistemático es presentar las malas decisiones como ajenas, o en otros casos como acciones conjuntas o conciliadas, cuando no lo son.

Cuando no se tiene la suficiente honestidad consigo mismo, se sigue viviendo la vida como si no hubiese consecuencias. Sin embargo, el vacío que se tiene en la cabeza y en el corazón es un hoyo tan profundo del que no se sale fácilmente, ni resulta intrascendente para el ser gris que lo padece.

« La fausse gentillesse c’est pire que la saloperie… c’est toujours plus destructeur ».

Publié par Mi vida en cuatro tiempos

Escribo para responder a la necesidad creativa de compartir reflexiones, aventuras y algunas historias personales. J'écris pour exprimer plein d'idées ou de réflexions qu’occupent ma tête quotidiennement. Ce Blog contient aussi quelques histoires personnelles.

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