Ayer, mientras conversaba con dos amigas, la una migrante en otro país y la otra pensando en migrar, unidas todas tres por una amistad de muchos años, volvimos a evocar esos sueños que se dibujaron tempranamente en nuestras consciencias y que finalmente no se desarrollaron como esperábamos;
Esos planes de los 20, esperando que en los 30 se materializaran no tomaron forma. Tal vez el temor de llegar a los 40 es pensar que serán como los 30’s que en lo personal me han dejado mucha frustración y desidia, tal vez al punto de pensar que no hay futuro posible, al menos, no como lo imaginé.